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Cerramos por vacaciones del 15 de agosto al 4 de septiembre.

Cuáles son las averías que superan los 1.000 euros

Problemas en el embrague, el turbo, el catalizador, la válvula ERG y los inyectores son las más frecuentes.

Los síntomas pueden evitar reparaciones más costosas.

Pese a las aconsejables revisiones durante la época estival, no es poco frecuente que muchos vehículos sufran averías que pueden amargar el final de las vacaciones a más de uno. Reparaciones en el embrague, el turbo, el catalizador, la válvula ERG y los inyectores son algunas de las más caras.

Por ello, en un artículo publicado en Abc ayuda a saber cuáles son los síntomas que pueden dar la señal de alarma, saber que algo no va bien en alguna de estas piezas y poder llevar el coche al taller.

El embrague es uno de los elementos que más averías registra. Por ello, es importante detectar ruidos no habituales que se produzcan al embragar ya que pueden ser sintomáticos de algún problema. La sustitución de este es un proceso complicado y su precio varía entre los 500 y 1.300 euros.

En los que se refiere a la válvula ERG, ubicada entre el colector de admisión y el escape, controla el nivel de óxido de nitrógeno. Su exposición a altas temperaturas y la acumulación de la carbonilla y el hollín generado por los gases al quemarse son algunas de las causas que hacen que se averíe.

La señales que deben hacer que se revise son la disfunción en el arranque, tirones, alto consumo de combustible, ahogamiento del motor, exceso de humos y falta de potencia. Cambiarla es también bastante costosa por lo que las facturas por arreglarla pueden estar entre los 300 y 1.200 euros.

Por otro lado, el catalizador, aunque no es tan caro de arreglar (unos 200 euros), sí que implica un proceso complicado y su mano de obra es cara. La falta de potencia, que el vehículo se cale mucho, ruidos metálicos en la parte inferior del automóvil o la salida de humo denso y con olor extraño del escape pueden ser indicios de que este elemento está mal.

En cuanto al turbo, la mayor parte de problemas que sufre están relacionados con la lubricación o con un exceso de carbonilla en sus conductos. Entre 800 y 1400 euros cuesta arreglarlo.

Por último, los inyectores, por su complejidad e importancia, son complicados y costosos de arreglar. Los motivos que provocan que se averíen son el desgaste natural, el uso de combustible de baja calidad y un mal mantenimiento del vehículo. Repararlos supone unos 250 euros en motores de gasolina y 500 en los diésel, más la mano de obra.

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