El mítico Isetta ha vuelto a la vida con la firma suiza Micro Mobility, que se ha inspirado en el emblemático microcoche fabricado por BMW en los 50 para crear su microcoche eléctrico: el Microlino. Se podrá adquirir el año que viene a partir de 12.000 euros.
El moderno Isetta tiene dos plazas y alcanza una velocidad máxima de 90 km/h.
El visionario y pionero Wim Ouboter inventó el Micro Scooter y la Kickboard y los convirtió en un producto Lifestyle, que ahora se distribuye en más de 80 países. Su idea revolucionó el concepto de movilidad urbana y el pensamiento del transporte en las ciudades. Ouboter, junto con sus dos hijos tuvo después la idea de crear un vehículo de movilidad urbana que ahorrara espacio y fuera respetuoso con el medio ambiente y lo han encontrado en el Microlino.
Este tipo de vehículos, también llamados coches de burbujas, eran muy populares en los años 50, porque la gente quería más comodidad que en una motocicleta pero no podía permitirse un coche de verdad. Con el aumento del nivel de vida, la demanda disminuyó y la mayoría de los fabricantes detuvieron la producción de sus coches de burbujas en 1962.
La start-up suiza ha conseguido la homologación europea de su coche burbuja con una autonomía de 126 km para la versión más pequeña, según el nuevo ciclo WLTP, con una batería de (8kW/h) y 202 km para la grande (14.4kW/h).
En cuanto a especificaciones técnicas, tiene un peso 450 kg y el volumen de carga del maletero asciende a 300 litros. Los tiempos de carga, según la firma alpina, oscilan entre las 2 a las 4 horas en cualquier toma de corriente doméstica convencional para las baterías pequeñas. El moderno Isetta tiene dos plazas y alcanza una velocidad máxima de 90 km/h.
Una de sus principales virtudes son sus reducidas dimensiones: 2435 mm de largo, 1459 mm de alto y 1500 mm de batalla. Una gran ventaja para aparcar de forma cruzada entre dos coches. Combina el Microlino las cualidades de una motocicleta con las de un coche. Y además es más respetuoso con el medio ambiente.
El Microlino une los conceptos de un coche y un patinete.
El Microlino tiene un precio de partida de 12.000 euros y podrá configurarse en varios colores y acabados un par de meses antes del inicio de la producción. Los colores han sido elegidos por los seguidores del pequeño coche en las redes sociales. Recibieron más de 4.000 respuestas y de ellas se han elegido ocho combinaciones de color.
En diciembre de 2018, Micro Mobility lanzará la versión de producción en masa para el mercado suizo y, a continuación, ya en 2019, su siguiente objetivo será llevar el Microlino al mercado alemán. La compañía dará el salto definitivo cuando empiece a comercializar su vehículo eléctrico en el resto de países europeos.
Un par de meses antes del lanzamiento al mercado, la empresa habilitará una nueva web donde se podrán realizar reservas y configurar el vehículo eléctrico. El mantenimiento del vehículo se realizará a través de Bosch en toda Europa.
Con tan sólo 2,4 m de longitud, el Microlino puede cruzarse en la plaza de aparcamiento. Con su única puerta frontal se puede salir fácilmente a la acera.
Primeros bocetos de diseño
Wim Ouboter junto a su invento, el Microlino, y sus hijos.
Impulsados por la visión de crear el vehículo ideal para la ciudad, los primeros borradores de diseño se hicieron en 2015. El objetivo era crear un vehículo inspirado en los coches burbuja de los años 50, pero con un diseño y una tecnología modernos. Además, debe ser ecológico en la producción y durante su uso.
En colaboración con la universidad ZHAW y Designwerk, realizaron varios estudios para encontrar el equilibrio ideal entre las ventajas de una moto y un coche.
En China crearon el primer prototipo basado en su nuevo diseño, que se construyó entre agosto de 2015 y enero de 2016. El coche fue presentado al público por primera vez en el Salón del Automóvil de Ginebra. Esto generó más de 200 millones de contactos con los medios de comunicación y en una semana recibieron más de 500 reservas. En total, se han realizado más de 6.300 reservas desde febrero de 2016.
Hecho en Italia
En abril de 2016 iniciaron una empresa conjunta con el fabricante italiano de automóviles Tazzari. Tienen más de diez años de experiencia en el desarrollo y producción de coches eléctricos ligeros (L7e) y han vendido algunos miles de Tazzari ZERO en todo el mundo, centrándose en todos los aspectos técnicos del coche y la producción, mientras que los suizos se encargan del diseño, la comercialización y la distribución. La producción comenzará en la segunda mitad de 2018 en la fábrica de Tazzari en el corazón del famoso Motor Valley en Italia.
Se han fabricado en varios colores, elegidos por los usuarios a través de las redes sociales.